viernes, 13 de diciembre de 2013

Cine y Charla con los Vecinos en Monte Castro

Y un día, se armó.

Le fuimos poniendo fichas, semana a semana, día a día. Puerta a puerta. Cara a cara…
Y un día se armó.
Los fuimos conociendo por las compras comunitarias; por las jornadas solidarias; por nuestras carteleras del Día del Trabajador, de los Caídos por Malvinas, de Mirar para Cuidar…
Y un día se armó.
Los fuimos convocando con un volante pegado en su puerta, en la mesa de campaña, o sentados junto a ellos sobre el pasto de la Plaza de Monte Castro.
Y un día se armó.
Los contuvimos cuando la inundación del barrio, con sus necesidades inmediatas, con información para hacer sus reclamos.
Les dimos respuesta a las necesidades de asesoramiento jurídico y colaboramos trabajando de maestros todo el año para que a los pibes les fuera mejor en la escuela.
Y un día se armó.
Lo que se armó” es un espacio donde los vecinos que tienen ganas de juntarse, llegan. Convocados por una película; por una charla; a dar una mano en el horario de las compras;  o simplemente a tomar un mate para compartir con otros, sus sentimientos, sus sensaciones.
Se armó, y tuvimos que cortar la calle.
La U.B., Chacho Peñaloza, los fines de semana, extiende su territorio a la vereda, a la calle, a la cuadra, porque es numeroso el grupo de vecinos que elije reunirse en Miranda y Bahía Blanca, para estar más juntos. Para cambiar ideas, para entender lo que pasa.
“Lo que se armó” es un grupo de militantes felices, porque entregar su tiempo, su energía y su corazón, cada vez entrega más frutos.
El sábado pasado, la noche empezó con unos videoclips de León Gieco dedicados a recordar los 30 años de la Democracia. Más tarde llegó la película Wakolda que mantuvo en silencio profundo a la platea adulta, mientras los pibes, se entretenían con la juegoteca.
Y después se armó.
“Se armó”, porque ellos tenían ganas de charlar. De charlar sobre Cristina, de hablar sobre la coyuntura general, los cambios de gabinete. Sobre el futuro.
De hablar sobre el desgobierno de Macri en las instituciones escolares y centros de salud.
Se armó lo que veníamos sembrando hace años. Un colectivo popular que se agranda con el hombre de al lado. Con la señora que encontramos en la verdulería, con el verdulero y con los padres que hamacan a los chicos en la plaza.

Los militantes de la Chacho Peñaloza, estamos felices. Y queremos que  todos lo sepan, porque la alegría SÍ se puede contagiar. (Y vale la pena)

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